jueves, 16 de septiembre de 2010

Tejer

Es fácil hablar con la amiga, cerca del hospital
tejer en silencio la mano que arranca tus virus

Es cotidiano tejer los accidentes de las seis de la tarde

tejer un gorro –dice mi madre-
y salir a venderlos entre los postes

Algo hace más bella tu cara
en todos los días en que vuelvo a ser hijo.
Los perros aúllan por el incendio y sale humo de mis manos
y se contamina mi voz pero aún así son ciertas todas las cosas
que respiramos y gritamos al momento de partir
Nada importará tanto. Corre tan libre el transeúnte
y los perros mucho después de su partida
palomas y hojas de árboles, y autos viejos que ahora manejan niños
rincones donde se meaba y dulces botados, papeles
y pruebas de colegio, anillos para mi alma, todo me llega para adornarla

Y todo corre en este lugar
y pensar que es tan fácil marcharse
y seguir hablando en tu oído.


Mauro Rojas

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