Soy hija de la historia,
recuerdos incrustados en la
genética de la nación,
mixtura de mosaico,
mestiza.
No estuve en todos los tiempos,
pero el tiempo conserva
la cicatriz tremenda
que veo dibujada
en el rostro de la historia.
País fracturado, violado,
torturado,
país esquizofrénico,
bipolar, depresivo,
y con tendencia a la amnesia.
Respiro tu aire contaminado
de metrópolis,
y cada vez que aspiro,
siento que me asfixia
tu indiferencia, tu arribismo,
tu clase media ignorante,
ignorante de tu historia,
indiferente hasta de tu
propio dolor.
No me gusta cuando callas,
porque esta el pueblo ausente,
silenciado, cabizbajo,
mirando tele.
Me gustas cuando gritas,
te alegras, celebras
y te ríes hasta de tu
propia miseria.
Sonriendo sin dientes,
a manos rotas,
bolsillos vacíos.
Ese es el país que me llama,
desde la infancia en la pobla,
la leche caliente del consultorio.
Sin quererlo sé
quienes te han parido,
hijo deforme, perdido,
huachos desde O'Higgins,
mutilados hasta Victor.
Natalia Camilo
http://www.ojoapologico.blogspot.com/
Una poética reivindicación del mestizo, te felicito, está genial.
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